Fuentes oficiales confirmaron al periódico Clarín el hallazgo de la nave desaparecida el 15 de noviembre del año pasado con 44 personas a bordo.
La noticia que la empresa norteamericana Ocean Infinity había salido a buscar finalmente se confirmó anoche: el submarino argentino ARA San Juan fue hallado a 800 metros de profundidad y a unos 500 kilómetros de la ciudad de Comodoro Rivadavia (Provincia de Chubut, Argentina).
Las primeras informaciones, confirmadas casi de inmediato por la Armada y el Gobierno, señalaron que los restos de la nave, que estaría “achatada en la proa y bastante intacta”, fueron localizados en el mismo lugar donde hace un año había tenido lugar la “falla hidroacústica”, informada en su momento por organismos internacionales. Es una noticia que alivia a los familiares, quienes siempre se mantuvieron en posición de reclamo y le exigieron al Poder Ejecutivo por todos los medios que no se abandonara la búsqueda de los 44 tripulantes.
Sobre la medianoche, el ministro de Defensa, Oscar Aguad, le dio aviso de inmediato al presidente Macri. Y en simultáneo, desde la cubierta del buque noruego Seabed Constructor los familiares embarcados como observadores del operativo se comunicaron con el resto de los familiares en tierra, que se mantienen alojados en un hotel de Mar del Plata y que hoy se congregarán para recibir más novedades y detalles técnicos en la Base Naval.
El parte oficial comenzó a circular una hora después y fue escueto: “El Ministerio de Defensa y la Armada Argentina informan que en el día de la fecha habiéndose investigado el (Punto Dato) POI 24 informado por la empresa Ocean Infinity, mediante la observación realizada con un ROV (vehículo de observación remota) a 800 mts de profundidad, se ha dado identificación positiva al submarino ARA San Juan».
La información dio paso a una madrugada de emociones mezcladas. “Estamos todos conmocionados con la noticia”, alcanzó a decir Jorge Villarreal, padre de uno de los tripulantes. “Justicia y verdad era lo que pedíamos y con todo esto nosotros estamos orgullosos. Sabemos donde están nuestros hijos. Esperamos pronto recibir alguna fotografía, esperamos poder darles la despedida que se merecen. Así podremos tener paz”, agregó.
Fuentes del ministerio de Defensa confirmaron a el medio Clarín que todavía es muy prematuro confirmar si la nave podrá o no ser retirada de la zona de “cañadones” donde se encuentra. “A priori, creemos que será muy difícil, pero ese es un trabajo que comienza a partir de ahora y por supuesto también está la idea de si será o no posible recuperar los cuerpos de los tripulantes”, expresaron. La jueza Marta Yañez, en Caleta Olivia, espera recibir este sábado los primeros informes técnicos sobre el hallazgo.
Mientras tanto, lo que está decretado de hecho es el fin de la búsqueda. La empresa Ocean Infinty cambió sus planes de inmediato y no se irá a Ciudad del Cabo como tenía previsto ayer mismo, sino que regresará al puerto de Comodoro Rivadavia para volcar toda la información recabada. La ciudad de Chubut será de ahora en más la base operativa ante un hipotético operativo de rescate. Hay que recordar que el contrato que la compañía cerró con el Gobierno establece que cobrará siete millones de dólares por haber encontrado la nave. No está claro si Ocean Infinity cuenta con las condiciones técnicas como para encarar la recuperación de la nave argentina.
El hallazgo fue de alguna manera inesperado. El jueves, sobre el cierre de la primera etapa del operativo, en una reunión de coordinación a bordo del buque Seabed Constructor, la empresa informó sobre el nuevo contacto que sería verificado. Los datos eran alentadores: 60 metros de largo, 800 metros de profundidad. Había razones para esperanzarse. Sobre todo porque las imágenes obtenidas eran extremadamente sugerentes. Sobre un fondo marrón, se destacaban figuras repartidas en el cuadrante, como piedras. Era el submarino.
En la tarde del viernes, la embarcación enfiló hacia el punto en cuestión. Al principio, las malas condiciones climáticas amenazaron el operativo, pero finalmente la navegación se perfiló. Llegaron al punto de interés 24, que está en el área 15 A 4, un sector de cañadones profundos (una suerte de ríos y quebradas submarinas) que fue barrida durante el operativo de las fuerzas internacionales.
Una vez en el lugar, comenzaron las operaciones. Se llevaron a cabo con extrema profesionalidad. Según informaron a Clarín las fuentes de la Armada no tuvo que suceder demasiado más. El ROV, ese robot de inmersión que permite llegar a los mil metros de profundidad, llegó hasta la coraza misma de acero. Y envió la información a la superficie. Era la nave argentina. Llegaba el momento de avisar a las familias.
Fuente: Clarin
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