Una profesora del Colegio Gabriela Mistral de Quellón presentó una denuncia en Carabineros buscando una medida de alejamiento en contra de un estudiante del establecimiento, quien la habría amenazado de muerte. La docente de lengua indígena apunta que, por el momento, no se han tomado medidas por parte de la dirección del establecimiento, por lo que debe compartir con el estudiante algunos espacios comunes.
Por este motivo, y junto a su sindicato, estampó la denuncia en Carabineros, esperando que esta pase a Fiscalía para lograr alguna acción de alejamiento.
AGRESION
Según explicó Ana Hernández, en la mañana del 28 de noviembre fue agredida verbalmente y luego amenazada de muerte por parte de un estudiante mayor de 14 años mientras realizaba actividades educativas al interior del establecimiento. Acusa que, a pesar de haber informado lo sucedido a la dirección, no se adoptó ninguna acción a favor de su persona ni se activaron los protocolos de sanción establecidos para estos casos.
“Él tenía que cumplir con una actividad y hace tiempo que viene de otro colegio con la misma actitud. No trabaja en sala, en las clases, entonces, cuando ya se ve alcanzado por las evaluaciones, se enoja, lanza lo que está a su paso a la gente. Esa es una dinámica, pero ahora fue más grave porque hay una amenaza. La escuela tendría que activar los protocolos”, aseveró.
En este contexto, la docente señaló que el alumno en cuestión tiene antecedentes previos de agresividad e incluso ha sido sorprendido con un arma blanca al interior del mismo establecimiento quellonino.
“Este joven ha sido sorprendido con un arma blanca dentro del colegio, por lo tanto, están expuestos todos los estudiantes a una situación matonesca de parte de él y veo que no se hace nada. Hoy decidí hacerlo público porque necesito también resguardar la integridad física de los demás menores”, añadió.
DENUNCIA
Ante esta situación, indicó que se ha visto afectada emocionalmente y apuntó que debe garantizarse un ambiente libre de violencia y acoso por parte del establecimiento, algo que no estaría sucediendo. Además, recalcó que los demás estudiantes igualmente tienen derecho a trabajar en un ambiente adecuado.
“Resulta que me veo amedrentada constantemente en los pasillos del colegio. En el día de ayer, junto a mi sindicato, hicimos la denuncia correspondiente a Carabineros para que pase a la Fiscalía, pero no hay ninguna reacción por parte del colegio. Se pidió alguna medida de alejamiento y protección a mi integridad física, porque uno no puede estar trabajando en estas condiciones sin que te presten ningún tipo de apoyo”, expresó.
Agregó que durante lo ocurrido no sintió apoyo por parte del establecimiento y que debió realizar normalmente su jornada laboral. “La dirección del establecimiento dice que el niño tiene que terminar sus actividades escolares en el recinto y que estará en la sala de integración para que no esté junto conmigo, pero resulta que compartimos pasillo. Creo que se tienen que activar los protocolos de revisión, de la Ley Karin. Entonces, uno no se siente segura. Temo por mi integridad física, porque al joven lo han sorprendido portando un arma blanca. Eso significa que podría ser capaz de cualquier cosa”, concluyó.
Fuente:
El Insular Chiloé