La instalación de carácter provincial ha sido materia de debate y de estudios técnicos pensando en un sitio que ofrezca las condiciones para recibir los desechos de una gran parte de las comunas chilotas.
Una de las vallas por superar se vincula con la millonaria inversión que demandaría un proyecto dotado de alta tecnología y que ha llevado al Concejo Municipal a explorar vías de financiamiento estatal.
El concejal, Jorge Bórquez, recordó el acercamiento que hubo entre las autoridades locales y el ex gobernador, Patricio Vallespin, recalcando que se esperaba desde la Municipalidad una propuesta pero con una sola salvedad.
"La única condición y la única manera en que facilitaríamos el terreno es una planta de tratamiento donde se recicle más del 90 por ciento de la basura que se recolecte allí, es la única condición y no estamos llanos a que se instale un relleno sanitario", aseguró Bórquez.
Mientras que el edil, Enrique Soto, argumentó que el proyecto sanitario está lleno de incertezas que es necesario aclarar desde el ámbito de la ejecución.
Una de las aristas se asocia al financiamiento y plazo para la habilitación de un espacio si se toma en cuenta que el vertedero municipal de Castro tiene un plan de cierre no más allá del 2027.
"Sabemos que una planta de tratamiento integral de residuos es una cosa urgente porque no es algo que se construya de la noche a la mañana, es preciso decir que estas no son soluciones rápidas y baratas", sostuvo Soto.
El edil recalcó que la idea apunta a la construcción de un recinto que considere un plan de compostaje, reciclaje y un modelo gestión con enfoque en la economía circular. Un estudio contratado por la Municipalidad arrojó distintas alternativas pensando en una planta tratamiento superior a los 10 mil millones pesos.
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