Los incendios forestales se han convertido en una de las mayores amenazas ambientales en el periodo estival. Uno de los riesgos menos visibles, pero igualmente peligrosos es el humo generado por estos incendios, que afecta directamente la calidad del aire.
El humo de los incendios forestales contiene gases y partículas finas (Material particulado 2.5) que, al ser inhaladas, pueden causar problemas respiratorios y cardiovasculares, al igual que los fenómenos de contaminación ambiental de la época invernal, con una alta penetración en los pulmones y el torrente sanguíneo, afectando a grupos vulnerables como niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias, donde la exposición prolongada puede provocar dificultad para respirar, irritación ocular, y aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
La prevención y medidas paliativas ante estos episodios de contaminación son muy importantes. Lamentablemente no podemos evitar los incendios, pero podemos reducir sus impactos. Existen sistemas de monitoreo eficaces para detectar incendios en sus primeras etapas y establecer alertas tempranas para informar a la población sobre los niveles de contaminación por humo, para poder tomar de manera oportuna las medias que eviten los efectos del material particulado 2.5. Por ejemplo, el uso de mascarillas, evitar la exposición al humo e incluir mantener cerradas puertas y ventanas si es que el foco de incendio se encuentra cercano a nuestro hogar; además la actividad física al aire libre no está recomendada.
Los grupos más vulnerables -personas embarazadas,ninosy niñas,personasmayores, El humodelosincendiosforestalesesunriesgosignificativopara lasaludperocon medidas adecuadas demonitoreoprevencióny educaciónsuimpactopuedesercontrolado.Esesencialquetodoslosciudadanoscontribuyamosparaprotegertantolasaludpúblicacomoel medioambiente.
Fuente: El Insular Los Lagos
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